Bombón, el perro
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Proyección de la película Bombón, el perro del director argentino Carlos Sorín.
Argentina-España, 2004 / 95’
Premio de la FIPRESCI
Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián. España, 2004.
Dirección: Carlos Sorín.
Guión: Carlos Sorín, Salvador Roselli y Santiago Calori, basados en una idea original de Carlos Sorín.
Intérpretes: Juan Villegas, Walter Donado, Micol Estévez, Kita Ca, Pascual Condito, Claudina Fazzini.
Sinopsis: Juan ha trabajado en la estación de servicio de una solitaria ruta patagónica durante veinte años, pero ha sido vendida y los nuevos dueños piensan en modernizarla. Junto con otros empleados, es despedido. Mientras busca un nuevo empleo, la casualidad lo lleva a hacer un pequeño trabajo, donde le ofrecen pagarle con un perro, un estupendo ejemplar de dogo, que cambiará radicalmente su vida.
Apta para todos los públicos
Fecha: jueves 14 de marzo de 2013.
Hora: 20.00.
Entrada: 4 euros.
Taquilla
Venta anticipada para todas las sesiones. De lunes a viernes de 10.00 a 15.00 y de 16.00 a 20.00. Sábados desde las 19.00.
Carlos Sorín (Buenos Aires, 1944)
Director y guionista.
Estudia cine en la Universidad de La Plata.
Se vincula a la industria como asistente dirección y fotógrafo del cineasta Alberto Fischerman, pero derivó luego hacia la publicidad en cine y televisión.
Entre 1973 y 1976 trabaja como director publicitario en Colombia y en Ecuador. Posteriormente se asocia con Estudio Latino, productora de publicidad que luego da origen a Carlos Sorín Cine S.A., donde desarrolla una prolífica carrera en la industria cinematográfica.
En 1986 realiza su primer largometraje, La película del rey, considerada una de las obras más poderosas del cine dentro del cine que se hayan realizado en español, la que lo confirma como uno de los realizadores más importantes y renovadores del cine latinoamericano. Premiada en Festival de Venecia con el León de Plata a la Mejor Opera prima, se transformó en una película de culto.
A partir de sus obras posteriores, en las que destaca particularmente Historias mínimas (2002), fue consolidando una importante trayectoria cinematográfica reconocida por el público y la crítica, por la cual ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales.
Filmografía (Largometrajes)
1986 La película del rey
1989 Eversmile New Jersey
2002 Historias mínimas
2004 Bombón, el perro
2006 El camino de San Diego
2008 La ventana
2012 Días de pesca
Bombón, el perro es una continuidad de mi film anterior Historias mínimas, porque aquí vuelvo a trabajar con personajes simples, narrados en forma minimalista e interpretados por no-actores. Quizá hablar de personajes simples sea en sí mismo una simplificación. En realidad no hay personajes simples: el universo interior del más humilde campesino ecuatoriano es tan insondable como el de un profesor de filosofía. La diferencia está en que este último reflexiona y comunica mayormente a través de la palabra; y aquél, más elemental, a través de gestos y silencios. En cine siempre he preferido lo gestual a lo textual. Una mirada, un silencio, un pequeñísimo rictus adivinado en un primer plano, comunica con mayor contundencia que la retórica de la palabra. Y eso es lo que pasa con los personajes “simples”: hay que leerlos en los ojos. Pienso que es ahí donde el cine asume el gran legado de la pintura. La mirada abatida de Felipe IV en los últimos retratos realizados por Velázquez nos dice más de la tragedia de ese rey, que todos los volúmenes que pudieron haberse escrito sobre el tema. En Bombó, el perro vuelvo a trabajar con no-actores. Esto proviene de algunas experiencias filmando gente real, que tuve en mi carrera como director de cine publicitario. También, de la influencia que he recibido de varias películas del cine independiente actual, que trabajan en el difuso límite entre la ficción y el documental. En general me atrae más el documental que la ficción, así como las biografías más que las novelas. Es que trabajando con gente real, lugares reales y luz real, pienso que se atenúa la manipulación y el engaño que inevitablemente lleva implícitos el cine.
El cine es un engaño desde lo más básico. Ese hombre corriendo no está corriendo. Son imágenes fijas, proyectadas con intervalos de oscuridad. Sólo una deficiencia fisiológica –la persistencia retiniana- me hace verlas en continuidad como un hombre corriendo. Si el sistema nervioso fuese perfecto, el cine no sería posible. Y es así como el cine nace de una incapacidad. A partir de ahí todo sigue siendo un engaño. Los barcos de esa batalla naval no son barcos, el príncipe no es príncipe y los enamorados que se besan, en realidad no están enamorados (al menos no entre ellos...).
Por otro lado, lo que siempre me atrajo del documental –y especialmente de las imágenes dramáticas de los documentales de guerra- es que nada ni nadie pretende ser lo que no es. Tiene la contundencia de estar cerca de lo verdadero. Me preguntaba si era posible contar una historia de ficción que, como las viejas mantas que hacía la abuela con trozos de distintas telas, sea contada con trozos de realidad, de verdad. Donde los que aparecen, en buena parte “son” y no “pretenden ser”. De ahí surge lo de trabajar con gente real pero bajo una condición: ellos no hacen de actores -porque en todo caso, mayormente serían malos actores- sino de sí mismos. Quienes interpretan los personajes de Bombón, el perro son exactamente iguales a los personajes. No en lo anecdótico -porque tienen otros oficios y viven en otros lugares- pero sí en lo esencial, en el alma. La idea es que de esa superposición surjan momentos, trozos verdaderos. Un ejemplo: el rostro fascinado de Juan Villegas-personaje, cuando cuatrocientas personas lo aplauden por haber ganado un trofeo en la exposición canina, después de haber vivido veinte años en la soledad de una estación de servicio de una ruta perdida, es intenso y verdadero. Porque es el mismo rostro de fascinación de Juan Villegas -persona- a quien, en el mismo momento, aplauden cuatrocientos extras, después de haber vivido sus últimos veinte años estacionando autos en la soledad de un garaje. La situación es distinta, pero el sentimiento es el mismo. Si la cámara puede captarlo es que estamos ante un trozo de documental, un trozo de verdad.
Al final de los títulos, van a ver la conocida frase que dice: “Los hechos y personajes de esta película son ficticios. Cualquier semejanza con hechos y personas reales es mera coincidencia”. No lo crean del todo: en esta película ni los personajes y situaciones son enteramente ficticias, ni las semejanzas son una mera coincidencia.
Dirección: Carlos Sorín
Productor: Oscar Kramer
Productores asociados: Hugo Sigman, José María Morales
Producción: Guacamole Films (Argentina), OK Films S.A. (Argentina)
Producción asociada: Wanda Visión S.A. (España), CHEMO, Romikin S.A.
Guión: Carlos Sorín, Salvador Roselli y Santiago Calori, sobre una idea original de Carlos Sorín.
Fotografía: Hugo Colace
Dirección artística: Margarita Jusid
Montaje: Mohamed Rajid
Sonido: Abbate & Díaz
Música: Nicolás Sorín
Intérpretes: Juan Villegas, Walter Donado, Micol Estévez, Kita Ca, Pascual Condito, Claudina Fazzini.
Premios
Premio de la FIPRESCI Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián. España, 2004.